Saludo del Hermano Mayor

Queridas hermanas y hermanos,

Es para mí un inmenso honor dirigirme a vosotros como vuestro nuevo Hermano Mayor. Con humildad y una profunda devoción, asumo este compromiso con la firme voluntad de seguir trabajando por nuestra querida Hermandad, manteniendo viva la fe y la identidad que nos caracterizan.

Como muchos sabéis, a lo largo de los años, he tenido el privilegio de servir en distintos ámbitos de nuestra corporación, aprendiendo de aquellos que me precedieron y compartiendo con todos vosotros momentos inolvidables. Ahora, con responsabilidad y entusiasmo, afronto este nuevo reto, consciente de la importancia de continuar la labor de quienes han dedicado su vida al engrandecimiento de nuestra Hermandad.

En este camino que ahora iniciamos juntos, mis esfuerzos se centrarán en fortalecer los pilares fundamentales de nuestra hermandad: el culto a nuestros Sagrados Titulares, la formación de nuestros hermanos y la acción social, valores que nos identifican y que nos hacen crecer como comunidad cristiana.

Asimismo, uno de nuestros principales objetivos será la mejora y conservación de nuestro valioso patrimonio. Nuestra hermandad cuenta con un legado histórico y artístico que debemos preservar para las futuras generaciones. Trabajaremos en la restauración y mantenimiento de enseres, bordados e imágenes, asegurando que cada elemento que forma parte de nuestra historia reciba la atención que merece. Del mismo modo, impulsaremos la adquisición de nuevos elementos que vengan a engrandecer nuestro patrimonio. En este sentido, esperamos poder iniciar en breve la realización de la nueva peana de plata para la Santísima Virgen de la Hiniesta Gloriosa que, previsiblemente, será estrenada en 2026.

Soy consciente de los retos que nos esperan, pero también de la generosidad y el compromiso de cada uno de los miembros de la nueva Junta de Gobierno. No me cabe duda de que su esfuerzo y dedicación estarán a la altura de lo que nuestra querida Hermandad necesita. Junto con vuestra ayuda y oraciones, estoy seguro de que afrontaremos esta nueva etapa con renovada ilusión, manteniendo viva la esencia de nuestra hermandad y llevando con orgullo nuestra fe por las calles de Sevilla.

Permitidme, por último, que os haga un ruego: vivamos nuestra hermandad siempre desde claves de servicio y amor. Sólo así contribuiremos entre todos a que alcance los que han de ser sus auténticos fines.

Pido a Nuestra Señora de la Hiniesta y al Santísimo Cristo de la Buena Muerte que nos bendigan y nos guíen en este camino que ahora emprendemos juntos.

Recibid un fuerte abrazo

Nicolás de Alba Fernández

Hermano Mayor